miércoles, 12 de junio de 2013

Cataluña, más España y la Unión Europea

Dada la asiduidad con que los nacionalistas hablan del pasado y su manipulación, me he permitido el lujo de mencionar pequeños detalles del pasado para trasladar a la actualidad el problema que tenemos y ser conscientes de lo que nos jugamos, no nos podemos permitir el riesgo de caer en el ego personal y dejar atrás un proyecto (mal construido) que necesita ahora más que nunca nuestro apoyo.
Desde la alta edad media hasta el siglo XVIII  (aproximadamente) Europa y sus diferentes potencias, dominaron el mundo y establecieron un cierto orden mundial. 
Posteriormente y en detrimento de Europa,  los Estados Unidos de América, fueron recogiendo ese testigo que se confirmo con la segunda guerra mundial y posterior bloque occidental. 
(Quiero hacer especial mención a las guerras mundiales, las dos producidas por el nacionalismo, ese nacionalismo que tanto se defiende desde CiU y ERC. Por cierto, una ERC que niega la realidad y se inventa el término de los “paisos catalans” y de paso les niega el derecho a decidir (que tanto defienden) a los valencianos y los baleares)
Con esté pequeño matiz, creo que debemos tener muy claro hacía dónde nos dirigimos y cómo hacerlo, los nacionalismos nos condenan al conflicto y el retroceso.
En la actualidad nos encontramos en un mundo global y dentro de un proyecto de Unión como es la UE. Dada la ignorancia de muchos dirigentes nacionalistas que no han estudiado Derecho, desconocen las reglas 
establecidas por el Derecho Internacional, de las cuales se desprenden que todo lo que están intentando hacer y promocionado es una contradicción al Derecho Internacional Público. 
Lo que el Sr. Mas, Herrera, Junqueras y parece ser que también Pere Navarro se sube al carro, promocionan, no es una separación.  Es una secesión, (principal diferencia de la separación es que se lleva  cabo sin el consentimiento del Estado y se usa la fuerza o la violencia) Les recomiendo que se ojeen el Manual de Derecho Internacional Público de Don Antonio Remiro Brotóns  y hagan una profunda reflexión. 
Queda plasmado en el artículo 5 sobre el Tratado por el que se Establece una Constitución para Europa, en la UE, no hay lugar para los nacionalismos y las secesiones: 

1. La  Unión respetará la igualdad de los Estados miembros ante la Constitución, así como su  identidad nacional, inherente a las estructuras fundamentales políticas y constitucionales de éstos, también en lo referente a la autonomía local y regional. Respetará las funciones esenciales del Estado, especialmente las que tienen por objeto garantizar su integridad territorial, mantener el orden público y salvaguardar la seguridad nacional. 
Queda claro que la Unión apuesta por los Estados miembros y su unidad. Dicho esto, debemos avanzar en un camino más Europeo, pero también más español y esto se traduce en que hemos de poner orden primero en nuestra casa para poder ir a ordenar otras. 
Hay que ser consciente que la UE no se puede construir pensando sólo en lo económicamente, tiene que ir más allá. Por ejemplo, la libre circulación de materias o personas, también significa la libre circulación de delincuentes.
Es por ello que se debe seguir trabajando para mejorar y tener una política común y más eficaz en materias de seguridad y cooperación por ejemplo con el contraste de antecedentes policiales, dónde un policía del metro de París tenga acceso automático a los datos de las carteristas del metro de Barcelona o en Roma tengan acceso a la base de datos de balística de Alemania.
Hay que tener en cuenta que las fuerzas geopolíticas se están desplazando dirección Asia, dónde sus niveles de población y de mercados son potencialmente superiores al europeo, lo cual nos obliga a fijar nuestra posición. 
O apostamos por una UE fuerte, con una España dentro de ella que sea parte y juegue un papel clave o nos quedamos con una UE débil y con todos sus estados miembros débiles y perdiendo fuerza a favor de nuevas potencias, muchas de ellas con aparentes “democracias”, sin valores humanos y controlados por autenticas oligarquías que de forma silenciosa irán imponiendo sus criterios, muy carentes de derechos humanos o libertades para el ser humano.


Álvaro Hernández 
Presidente de NNGG Cerdanyola del Vallès

lunes, 3 de junio de 2013

¡Sí a la LOMCE!

Vivimos en un mundo global y competitivo. La mejor forma de poder salir a ese mundo es con una buena formación académica. Desde que el Partido Popular ha entrado en el Gobierno ha llevado a cabo todas las reformas que ha podido por hacer de España un país competitivo, y la educación, no puede ser menos.
La LOMCE apuesta por el esfuerzo, la buena formación y la independencia de elección de los directores de los CEIPS e IES, la publicación pública de los resultados de cada centro lo que hará aumentar la competitividad sana entre centros para mejorar los resultados y en consecuencia los alumnos saldrán ganando.
Ahora más que nunca necesaria una reforma educativa, teniendo unos datos de un fracaso escolar de casi el 30% en la etapa de la ESO. En la etapa universitaria tenemos un fracaso escolar que no ha dejado de crecer desde el año 2000 y que en el 2011 alcanzo el 41,2% (habiendo duplicado el gasto desde del año 2003), tan sólo Malta nos supera. Duplicamos la media europea situada en un 14,4%.
La que se supone que es la generación mejor formada, que comprende de los 20 a los 24 años, tan sólo ha conseguido un 61.2 % de jóvenes el título (siendo esta en Europa muy superior).
De media una plaza en la universidad pública le cuesta al Estado (es decir a todos los ciudadanos que pagamos impuestos) 8500 euros por alumno cada curso, teniendo en cuenta que un grado tiene una duración de cuatro años, el fracaso, es decir no terminar el grado significa un mínimo de 8500 euros extras. En el caso del fracaso escolar según datos de FEDEA (fundación de estudios economía aplicada) el fracaso escolar supone 2121 euros por alumno.
Respecto al tema de la religión hay que recordar, que la clase de Religión es una asignatura de libre elección, no obligatoria como están manipulando y diciendo muchos medios de comunicación partidos políticos.

Atención, no digo que la educación no tenga que ser pública, pero hay que ser consciente del coste que supone y de la calidad que se oferta, ya que si disminuye la calidad, nadie querrá contratar a nuestros titulados.


Álvaro Hernández Tomas
Presidente de NNGG Cerdanyola del Valles
Estudiante de Derecho y Economía